martes, 24 de agosto de 2010

Las Carmelitas Descalzas de Logroño.

Una nueva sección ve hoy la luz, En blanco y negro. Semanalmente se colgará una imagen referida a elementos antiguos o desaparecidos sobre arte o religiosidad popular.
En esta primera instantánea podemos observar el interior de la Iglesia de las Carmelitas Descalzas de Logroño.
La presencia de la Orden del Monte Carmelo en Logroño se remonta a 1628 cuando se establecen los Padres Carmelitas en la ciudad. Por su parte la solicitud de establecimiento de las Carmelitas Descalzas se produjo en 1645, siendo aprobada en 1651. Desde este primer Convento al actual han sido diversas sus sedes por diferentes avatares. El primer convento ocupa el espacio actual de la Escuela de Artes y Oficios teniendo lugar su bendición en 1657.
En 1808 fue uno de los numerosos conventos por toda la geografía española que fue desalojado por los franceses, residiendo hasta 1813 en un domicilio particular. De nuevo en su convento una vez rehabilitado, en las crónicas de la época se menciona que “prácticamente tuvieron que hacer de nuevo en el mismo lugar”, la calma duraría poco. Por las leyes desamortizadoras tuvieron que pedir asilo en el convento de Madre de Dios desde 1837 a 1947 en que se les concede el convento de la Merced. En 1869 tienen que abandonar Logroño por orden del Gobierno, situación que no se alargó mucho, puesto que en 1876 el rey Alfonso XII autoriza su vuelta a la ciudad. Desde ese año hasta 1908 volvieron al primitivo convento, teniéndolo, una vez más, que rehacer casi por completo.
En 1908 se levantó un nuevo convento, en lo que actualmente es la Gran Vía logroñesa, siendo el anterior adquirido por el municipio. Actualmente en este lugar se encuentra el Hotel Carlton. La tranquilidad que les había llevado al traslado al encontrarse al otro lado del ferrocarril, pronto se truncó. Ya en la década de los 50 deciden volver a trasladarse debido a que el traslado de la vía férrea dejó a su convento en el epicentro de la expansión urbanística de la ciudad. Desde entonces se encuentran en la carretera de Soria, junto al Seminario de los HH. Maristas y la Residencia de la Tercera Edad de La Rioja. La fotografía es, por tanto, del interior de la Iglesia en los últimos años del convento de la Gran Vía a principios de los 50.

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